El pasado 13 de enero de 2025, la Presidenta Sheinbaum dio a conocer el denominado “Plan México”, definido por el propio Gobierno federal como la Estrategia de Desarrollo Económico Equitativo y Sustentable para la Prosperidad Compartida, pero ¿de qué trata y en dónde están verdaderamente los resultados de dicho plan? Transcurridos prácticamente 11 meses de su anuncio por todo lo alto, y luego de realizar diversos eventos para difundir las acciones y programas que le integran, desde mi perspectiva, sus beneficios para 2025 son una incógnita. 

En el entorno internacional, con la imposición de aranceles por parte del Gobierno de los Estados Unidos y su relación con China, así como nuestra dependencia de las importaciones provenientes de Asia. Y de forma interna, con lo golpeada que se ha visto nuestra producción nacional, la situación crítica que vivimos por la reforma judicial, la fiscal y la aduanera, así como la inseguridad, son factores que, sin duda alguna, desincentivan la inversión en nuestro país. 

A esto se suma el descontento de transportistas, agricultores e incluso, funcionarios públicos, por mencionar algunos. Ante este panorama, parece que la misión y metas que el Gobierno federal se trazó, se han visto rebasadas, en virtud de que el Plan México resultó ser demasiado ambicioso para la realidad que vivimos, pues incluso, va más allá que el propio Plan Nacional de Desarrollo 2025 – 2030.

También es cierto que diversos hechos vividos este 2025 han cambiado el curso, desarrollo, seguimiento e implementación de las acciones del Plan México; tal es el caso del sonado “huachicol fiscal”, la toma de carreteras por parte de agricultores y actos de violencia, como lo acontecido en Uruapan, entre otros sucesos, los cuales han representado un retraso en la ejecución de acciones que se tenían previstas para el primer cuatrimestre de este año. 

Es el caso del IMMEX 4.0, considerada una estrategia de fomento industrial, cuyo objetivo es consolidar el trámite de la hoy Certificación IVA e IEPS otorgada por el SAT con el trámite del nuevo Programa para la Manufactura de Exportación 4.0. 

Por otro lado, el Plan México contempla inversión pública, en la que destaca la relativa al transporte para contar con más de 3,000 kilómetros de vías de trenes para el transporte de pasajeros y de carga, e Infraestructura de Movilidad Urbana.

Otro objetivo, que resulta por demás pretencioso, es el relativo a elevar el contenido nacional y regional, sustituyendo importaciones provenientes de Asia, pues lo cierto es que esto también responde a la presión que Estados Unidos ejerce sobre nuestro país respecto a que es el propio T-MEC el que nos prohíbe celebrar un tratado de libre comercio con una economía como la de China, y más aún cuando se aproxima la revisión y negociación del acuerdo entre México, Estados Unidos y Canadá. 

De ahí que nuestro país también haya recurrido a la imposición de aranceles a productos de diversos sectores originarios de China y de cualquier otro país con el que no tenga celebrado un tratado. 

Otro elementos importante es que la iniciativa presentada por el ejecutivo federal en septiembre pasado para aumentar aranceles a 1,463 fracciones arancelarias de diversas mercancías que forman parte de 17 sectores estratégicos de la industria, ahora mismo se encuentra en pausa su proceso legislativo. 

Se está recurriendo a medidas arancelarias para desincentivar las importaciones de mercancías de Asia, pero no podemos dejar de lado que esto también se traduce en un golpe para la industria nacional y la inversión en nuestro país. 

Por ello considero que: no existe verdaderamente un Plan ni acciones que definan cómo vamos a elevar el contenido nacional y regional. 

Esto, con el objetivo de dejar de depender de importaciones de Asia sin debilitar las cadenas de valor y, por el contrario, fortalecerlas para aumentar la producción en México o en la región Norteamérica de las mercancías que actualmente se importan de Asia para, realmente, aprovechar la tan aclamada relocalización de empresas (nearshoring).

Así las cosas, y en este cierre de 2025 y ante un 2026 que se vislumbra complejo y desafiante en diversos aspectos para nuestro país, tanto para el sector público, el privado, y para todos aquellos que integramos la cadena de suministro. Considero que sin duda se requiere llevar a cabo algunos ajustes al Plan México, y por qué no, hasta su replanteamiento, para que verdaderamente este proyecto elaborado por el gabinete presidencial y miembros del Consejo Empresarial del ejecutivo federal, se ubique en la realidad que enfrentamos y de resultados concretos.

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Brenda Angeles Romero
Abogada especialista en comercio exterior en CASADUANA
Red X @BrendaAngRom 
bangeles@casaduana.com
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